Desde pequeña muchas veces he oído "esto no se hace" ,"que pensará la gente si haces esto", "no me hagas quedar mal" … Son frases que quizás se digan sin pensar, pero pueden condicionar más de lo que creemos. En el fondo pueden provocar que una persona pierda esa inocencia, esa naturalidad, esa espontaneidad que instintivamente tenemos cuándo somos niños y eso, nos hace cambiar.
Soy de las que piensa que todo lo que decimos, poco o mucho, queda grabado en el cerebro de quien lo escucha y, si además, lo repetimos, aunque sea muy de vez en cuándo, ¡ya ni te digo!